martes, 24 de noviembre de 2009

GUERRA A LA CELULITIS

La celulitis consiste en una desorganización de las células grasas que no pueden realizar sus funciones normales y van hinchándose cada vez más dando lugar a la famosa "piel de naranja". Según un descubrimiento hecho por dos médicos franceses, existe una relación directa entre un índice alto de toxinas en el cuerpo y la aparición de la celulitis.

Asimismo se advierte que personas con estreñimiento y mala circulación de la sangre tienen más propensión a sufrir el problema.

Podríamos decir, por tanto, que existen alimentos que si son capaces de prevenir o combatir los problemas antes mencionados, son en cierta forma, anticelulíticos, ya que evitarían la aparición de grasas en el organismo.

Menú diario

Desayuno
Zumo de naranja y 2 galletas integrales.

Almuerzo
Té y un plato de hortalizas.

Comida
Ensalada de verduras crudas, judías, lechuga, escarola, zanahoria, remolacha y alcachofas; puré de legumbres, judías, garbanzos, lentejas o guisantes y un bocadillo pequeño de pan integral con dos filetes de pavo, pollo, ternera o merluza.

Cena
Ensalada de verduras crudas, salteado de verduras que puede ser con trocitos de carne, pescado o marisco, 1 patata asada y 1 manzana.

Consejos

Toma muchas naranjas, pomelos, limón, cítricos en general y deja la parte blanca de la piel, ya que es beneficiosa para fortalecer las paredes de los capilares.

Durante un día entero a la semana, toma sólo zumos que te depuren el organismo.

Debes tomar comidas ricas en fibra como las legumbres, frutas y verduras, porque combaten el estreñimiento.

Come más a menudo alcachofas y remolacha, ya que refuerzan el hígado.

Evita llevar prendas ajustadas ya que dificultan la circulación de la sangre y favorecen la aparición de la celulitis.

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Si bien es importante tener en cuenta que el factor desencadenante de la celulitis es la mala irrigación sanguínea, las causas profundas son, en realidad, genéticas y comportamentales. Existe, en primer lugar, una predisposición de algunas personas a desarrollar este tipo de alteraciones. Si a ello le agregamos hábitos incorrectos, el resultado es la celulitis. Entre esos hábitos inadecuados, una dieta desequilibrada, hipercalórica y rica en grasas, es el principal factor, ya que ayuda a la acumulación de la masa adiposa que luego se transformará en celulitis.
El sedentarismo y la falta de actividad física, específicamente la aeróbica, provoca la insuficiente irrigación de los tejidos. Los tacos altos y la indumentaria ajustada dificultan el libre ascenso del flujo sanguíneo y la correcta irrigación de los tejidos.

La prevención comienza con una dieta equilibrada y adecuada a la situación y los requerimientos de cada individuo. Es recomendable una buena cantidad de fibra, vitamina E y C y Potasio. La idea generalizada según la cual no hay que beber líquidos en cantidad para no favorecer la retención de éstos es errónea y peligrosa.

La poca cantidad de líquido no ayuda para este proceso, ya que no ayuda al recambio de líquidos en el tejido intersticial, es decir, el que se encuentra entre las células y las une. La cantidad mínima de agua diaria está por encima del litro y medio, aconsejándose beberla fuera de las comidas. Bajar la ingesta de sal es otro de los consejos que debe seguir quien quiera prevenir no sólo la celulitis, sino otras muchas alteraciones de la salud.

Pero la dieta por sí misma a veces no es suficiente, sobre todo en personas que ya han comenzado con este problema. La actividad física con especial atención a las actividades aeróbicas, no sólo prevendrá la celulitis, sino también enfermedades cardiovasculares, hipertensión, osteoporosis, etc.; e incluso mejorara el estado de ánimo. Estimulará la circulación sanguínea, tonificará los tejidos, quemará tejidos adiposos, candidatos a convertirse en celulíticos.

La celulitis es difícil de advertir en las primeras etapas, y un diagnóstico precoz es importante para un tratamiento eficaz. Esta detección sólo es posible con mediciones especiales, que diferencian la célula adiposa normal de aquella distorsionada por la celulitis. Esta afecta también al tejido intersticial y los vasos sanguíneos más pequeños, que determinan la temperatura de los tejidos. Estos se "enfrían" por la escasa irrigación sanguínea, lo cual puede ser medido a través de una termografía, según diferentes técnicas:

La de cristales líquidos, los cuales varían su disposición de acuerdo a la temperatura y permitiendo reconocer los tejidos afectados.

La video-termografía computarizada es más exacta que la anterior y mucho más práctica en el uso concreto. Consiste en la aplicación de una faja con sensores térmicos conectados a una computadora.

El estudio de los capilares encargados de irrigar los tejidos está convirtiéndose en el método más eficaz para el diagnóstico precoz del problema. La videocapilaroscopía, con la incorporación de la fibra óptica, puede mostrar el capilar cerca de mil veces más grande de su tamaño real, advirtiendo alteraciones.

Pero la misma persona afectada puede chequear el estado de sus tejidos adiposos con un sencillo examen.

La celulitis puede estadificarse en tres momentos de evolución, que pueden ser observados con la ayuda de los dedos índice y pulgar. Si al "pellizcar" la zona se observan pequeños grumos y hoyuelos, que tardan solo un momento para desaparecer nuevamente, estamos en presencia del primer estadio de la enfermedad. Otros síntomas pueden ser hormigueo en las piernas, que se sienten cansadas, pesadez. En este momento se puede recurrir a masajes manuales o mecánicos y a sustancias lipolíticas.

En el segundo estadio, al pellizcar la piel se observa que aquellos grumos han tomado más cuerpo, y se siente un leve dolor. Alrededor de las células afectadas se están comenzando a formar especies de "almohadillas", apareciendo filamentos de colágeno cuya función es ligar los adipocitos que han comenzado a separarse.

En el tercer estadio el tejido deformado se endurece y compacta, y la presencia del dolor es más intensa y constante. La piel se vuelve fláccida y los nódulos se advierten a simple vista, sin necesidad de pellizcar la piel, la cual se siente mucho más fría.

A esta altura de la enfermedad, las dietas y la actividad física que hubieran mejorado sensiblemente en estadios anteriores, resulta insuficiente y hasta inútil. Por ello, es importante tomar la celulitis a tiempo, ya que habrá mejores probabilidades de erradicarla y prevenirla en el futuro. El tratamiento de la celulitis depende del momento en que se inicia la intervención médica.
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